GRAN BARRERA DE CORAL - CAIRNS

Después de nuestro paso por Darwin, cogimos un avión para Cairns, donde nos esperaba nuestra casa rodante para los siguientes 16 días.

Pasada la odisea del retraso de avión, llegar a recoger la campervan 2 minutos antes de la hora límite, los problemas con las tarjetas para pagar la fianza, etc... por fin tenemos casa!!! Y ahora, a buscar sitio para aparcarla...

De camino al camping paramos en un super a comprar y descubrí lo diferente que es conducir la campervan, y no por el tamaño, sino porque aquí tienen el volante a la derecha!!! Cambiar de marchas con la izquierda es chunguísimo, los limpias y intermitentes también estan cambiados, vamos, una locura!!! (Actualmente llevamos 8 días con ella, y aún enchufo los limpias para girar...)

Finalmente llegamos al camping, donde gracias a unas chicas, nos enteramos que había que reservar y pagar por internet en una página de parques del estado, porque si venía el Ranger australiano (que yo me lo imagino con gorro de piel de canguro, botas de cocodrilo y un látigo en el cinturón) y no teniamos la reserva, multa al canto.

A la mañana siguiente, nos levantamos temprano (y muy bien descansados; hay que decir que en la casa rodante se duerme de coña...) para ir a la excursión de la GRAN BARRERA DE CORAL!!!

La primera impresión fué muuuuy positiva, al ver en el barco íbamos, nada que ver con las barcuchas de Asia (sin menospreciar eh...), un mega barco nuevo con todo tipo de comodidades, con café y te gratis, buffet de carne, pescado, pasta y ensalada para comer, y todo bueno! Vamos, el barco perfecto, pero por lo que pagas, no es para menos.

Primero nos llevó a una zona, donde estuvimos haciendo snorkel 1 hora y pico, con una corriente que nos arrastraba al barco contínuamente, pero merecía la pena por lo que podíamos ver. Corales de todos los colores, peces de 1000 especies diferentes, plantas rarísimas, almejas gigantes e incluso Natàlia tuvo la suerte de ver de muy cerquita a un señor tiburón, y no uno pequeñito como los de Ko Tao, sino uno más mayorcito... (o eso dice, porque casualmente lo vió cuando yo me separé con la cámara...jejeje)

Después subimos a comer al barco, y nos llevó a otra zona, donde estuvimos otra horita más haciendo snorkel.

Para acabar la visita, de vuelta al puerto nos ofrecieron una copa de vino con buffet libre de taquitos de queso y galletitas saladas...YUHUUUUU!!! Podéis imaginaros como nos pusimos de queso... incluso guardamos un montón en una servilleta para llevarnos a la caravana, jejeje... (aquí todo es carísimo y cualquier oportunidad de ahorrar, bienvenida sea!!!) Mientras que en todas las teles del barco iban saliendo las fotos que habian hecho los fotografos del barco (al módico precio de 20 dólares la foto...)

Ya de vuelta a Cairns, dimos una vuelta por la playa, a la que no te puedes bañar porque hay cocodrilos, pero tienen piscinas enormes gratuitas justo al lado para que te refresques igual, y un paseo precioso bordeando la costa con jardines, mesas de pícnic y barbacoas de gas gratuitas para ir a pasar el día. En definitiva, que se lo saben montar muuuuy bien los australianos, así que vamos a seguir conociéndolos un poco más.